DATOS GENERALES
El 33% de la población en el África
subsahariana está desnutrida, frente al 17% de media en los países en
desarrollo. La proporción de personas desnutridas en África central alcanza el
55%.
El número de crisis alimentarias que cada
año se producen en África Subsahariana se ha triplicado en los últimos 20 años,
pasando de una media de unas siete emergencias anuales a mediados de los 80 a
más de 20 en esta década.
La población rural, los pequeños
propietarios, las comunidades dedicadas al pastoreo nómada y las mujeres son
los grupos más vulnerables.
Sólo en los últimos 12 meses, se han
producido graves crisis alimentarias en tres grandes regiones africanas: el
Sahel, África Austral, y el Cuerno de África. En esta última, el número de
afectados ha superado los 11 millones de personas.
§
CAUSAS DE LAS CRISIS
§ Pobreza:
La reciente crisis alimentaria en Niger
tuvo que ver con los efectos de una plaga de langostas, con la reducción de un
11% en la cosecha respecto a los últimos cinco años pero, sobre todo, se debió
al aumento de la población que vive en extrema pobreza del 40 al 66% en apenas
15 años. En muchos de los mercados de las zonas afectadas por la crisis había
comida, pero la gente simplemente no podía comprarla.
El 46% de los habitantes del África
Subsahariana (313 millones de personas) viven en situación de pobreza extrema
(menos de un dólar al día). Esta cifra se ha duplicado en los últimos 20 años.
§ Falta de
inversión en desarrollo agrícola:
En el África Subsahariana, el 70% de la
población vive de la agricultura.
Sin embargo, los gobiernos sólo dedican el
5% del presupuesto a ese sector.
En cuanto a la ayuda exterior, los
prestamos del Banco Mundial para la agricultura en estos países han caído un
30% entre 1997 y 2001.
§ Conflictos:
El 50% de las crisis alimentarias tiene que
ver con situaciones de conflicto y desplazamientos masivos de población causados
por la violencia, aunque son las crisis que reciben menos publicidad.
En la República Democrática del Congo, la
guerra hace que el 71% de la población esté desnutrida.
En el norte de Uganda (20 años de guerra),
el 48% de los niños sufren secuelas físicas y psicológicas a causa de la
desnutrición. El 78 por ciento de las familias no tienen acceso a la tierra. El
84% de la población depende de la ayuda alimentaria.
§ Sida:
En 2020 una quinta parte de los
trabajadores agrícolas en los países del sur de África habrán muerto víctimas
de esta enfermedad.
La producción de maíz en las granjas
comunitarias de Zimbabue cayó en 54% entre 1992 y 1997, en gran medida por los
efectos de las muertes y las enfermedades relacionadas con el VIH-Sida.
Sin embargo, sólo uno de cada 10 africanos
que sufren la enfermedad reciben las medicinas que necesitan para combatirla.
§ Reglas del
comercio internacional injustas:
Los países del África Occidental pierden
cada año 200 millones de dólares en ingresos por culpa de la venta subsidiada
de algodón por parte de EEUU.
En 2002 y 2003, la caída de los precios del
café en los mercados internacionales agravó la crisis alimentaria que sufrió
Etiopía en esos años.
Según el Banco Mundial, nueve países
africanos perderán 670 millones de dólares por las exportaciones de frutos
secos a causa de una norma de calidad impuesta por la Unión Europea que no
supone ningún beneficio significativo para la salud de los consumidores.
§ Cambio climático:
África es el continente más vulnerable al
cambio climático por la extrema pobreza que padece, y por su agricultura
dependiente de la lluvia.
La desertización en África Subsahariana
avanza a un ritmo del 3,5% anual.
Un aumento global de la temperatura de
menos de 2,5º C hará aumentar el riesgo de hambruna para entre 55 y 65 millones
de africanos más.
§ Ayuda alimentaria
y ayuda al desarrollo:
La ayuda humanitaria internacional para
África ha crecido de 946 millones de dólares en 1997 a 3.000 millones en 2003.
El 79% de la ayuda alimentaria que se dona
en las crisis viene de los países ricos. Esta ayuda suele tardar entre cuatro y
cinco meses en llegar y los costes de transporte hacen que pueda salir hasta un
50% más cara que si se hubiera comprado en la región afectada. La clave está en
que para estos países (en especial para EEUU, Francia e italia), la donación de
comida es una forma de subsidiar a sus propios agricultores y beneficiar a sus
transportistas, aunque la ayuda pueda ser inadecuada para los que la necesitan.
Sin embargo, el tipo de ayuda que puede
prevenir a largo plazo estas crisis, la dedicada al desarrollo agrícola en el
continente, ha caído un 30% entre 1989 y 2002.
La ayuda llega tarde: la mayoría de las
peticiones de fondos que hace NNUU recibe en el primer mes un máximo del 30%
del dinero necesario. Cuanto más lenta es la respuesta de los donantes más
gente sufre, y más «caro» sale paliar una crisis.
A pesar de las reiteradas alertas, cuando
por fin empezó a llegar la ayuda al Sahel en 2005, 3,6 millones de personas ya
sufrían hambre, y muchos de ellos habían tenido que vender su ganado, sus
tierras y herramientas para sobrevivir, quedándose en una situación muy
vulnerable frente a futuras crisis.
§
SOLUCIONES
§ Mejora de la
respuesta humanitaria:
Mejorar los sistemas de alerta temprana
para prevenir crisis alimentarias.
Mejorar la rapidez y distribución de la
ayuda de emergencia a través del Fondo de NNUU para emergencias (CERF)
recientemente reformado.
Equilibrar las aportaciones para que cubran
todas las necesidades, no sólo las de alimentos inmediatos. La concentración en
ayuda alimentaria es pan para hoy y hambre para mañana.
§ Abordar las
causas profundas de las crisis:
La Unión Africana, con el apoyo de los
países ricos, deben abordar el problema de las guerras en África, con más apoyo
las misiones de mantenimiento de la paz de NNUU, control del comercio de armas
y regulación de la explotación de los recursos naturales.
Los gobiernos deben adoptar políticas
agrícolas eficientes, basadas en un proceso consultivo, que prioricen a los
pequeños propietarios, las comunidades dedicadas al pastoreo, y las mujeres.
Mayor inversión en desarrollo rural y en
programas para combatir el VIH-Sida.
Los países ricos deben dejar de condicionar
la ayuda a la adopción de políticas de libre mercado que dificultan el
desarrollo económico, deben adoptar medidas para estabilizar los mercados de
materias primas y poner fin a las exportaciones subsidiadas.
Deben aumentarse los esfuerzos por reducir
el calentamiento global y aumentar la ayuda financiera a África para adaptarse
al cambio climático.
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/07/21/solidaridad/1153503794.html
África Negra. Política, conflictos y economía.
Mapa de reservas de agua en África.
Los estudios más recientes sobre los acuíferos africanos muestran que en la mayor parte del continente, incluso en muchas de las zonas más áridas, hay enormes recursos hídricos aprovechables, hasta 100 veces el agua que hay actualmente en la superficie, lo que podría abastecer sobradamente a los 300 millones de africanos sin suministro de agua potable.
África Negra. Política, conflictos y economía.
África Negra
(o Subsahariana). Política, conflictos y economía.
Mapa del
África Negra (en lengua portuguesa).
La población.
La mitad de
los africanos tienen menos de 30 años, y su población se prevé suba desde 1.000
millones en 2010 a los 2.000 millones en 2050.
El
crecimiento galopante de la población se debe a la alta tasa de natalidad, que
sigue siendo la más alta del planeta, lo que reduce las posibilidades de salir
de la pobreza y el subdesarrollo.
La sociedad.
La colonización en el siglo XIX rompió muchos esquemas de la sociedad tradicional africana, aunque todavía perviven muchos, especialmente en el tribalismo.
Hay desde la independencia un creciente dualismo africano entre dos espacios. El espacio de la costa, generalmente con una capital superpoblada y multitud de inmigrantes, que se dedica a las actividades de exportación. El espacio del interior, en cambio, sufre la emigración y se dedica a la economía de subsistencia.
La colonización en el siglo XIX rompió muchos esquemas de la sociedad tradicional africana, aunque todavía perviven muchos, especialmente en el tribalismo.
Hay desde la independencia un creciente dualismo africano entre dos espacios. El espacio de la costa, generalmente con una capital superpoblada y multitud de inmigrantes, que se dedica a las actividades de exportación. El espacio del interior, en cambio, sufre la emigración y se dedica a la economía de subsistencia.
Es el
continente con peor problemática debido en gran parte a la pervivencia de una
colonización y descolonización esterilizadoras. Escasa (casi inexistente)
riqueza, superpoblación en la capital y las zonas costeras, hambrunas y
enfermedades endémicas, falta de democracia efectiva, gran desigualdad social,
alta deuda externa, etcétera.
Los conceptos
de África Negra y “negritud”.
Los países
africanos de mayoría negra del área subsahariana, desde Mauritania y Sudán en el
norte, hasta Sudáfrica en el sur, comprenden la mayor parte del continente,
excepción hecha de los países del norte, ribereños del Mediterráneo, que se
integran en el mundo árabe o islámico.
En África hay cada vez una mayor conciencia de la
“negritud” como un fenómeno positivo de identidad propia, contra la
degeneración semántica originada en la época colonial y desarrollada durante el
neocolonialismo que asimilaba lo “negro” a lo inferior. Actualmente en EE UU
todavía es considerado un insulto decir a alguien nigger, pero ello
se entiende en su contexto histórico-semántico, porque durante el periodo de la
esclavitud de la población de origen negro-africana se utilizaba esa expresión
para referirse al esclavo.
La mejoría del África Negra.
Después de decenios a partir de las
independencias de sufrir continuas crisis y fracasos políticos y
económicos parece que en el siglo XXI el África Negra está al fin emergiendo se
su postración. Aunque hay aún demasiados conflictos civiles y tensiones entre países,
injusticias sociales flagrantes y falta de una democracia auténtica en la
mayoría de los países, la mejora relativa parece evidente: cada vez hay más
elecciones libres, más respeto por los derechos humanos, más iniciativas de
desarrollo económico y educativo.
Los intentos
africanos de crear zonas de mercado común han conseguido sólo parte de sus
objetivos, aunque subsistan las instituciones. Las principales son la
CEAO (Comunidad Económica del África Occidental, 1974), PTA (Área de
Comercio Preferencial, 1981), CEEAC en África Central (1983) y otros, que se
integraron en la CEA (Comunidad Económica Africana, 1991), con 51
Estados para realizar una unión económica hacia el 2021.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental
(Cedeao) tiene un activo protagonismo en la lucha contra el integrismo y por la
pacificación de la región.
La economía. Dos grupos de
países: en desarrollo y estancados.
En atención al
crecimiento económico en el África Negra hay dos grupos:
- Los que
avanzan con buen ritmo: Ghana, Botsuana, Uganda, Etiopía, Gabón, Nigeria… y
sobre todo Sudáfrica, que potencian el desarrollo humano y han logrado
crear mucho empleo. Están siguiendo las recomendaciones del FMI, han
liberalizado la economía y combatido la corrupción. Algunos de ellos han
logrado en estos años un crecimiento de más del 10% anual, aunque Sudáfrica
crece a menos del 5% lo que es poco para su tamaño, potencial y recursos.
- Los que aparecen estancados: Costa de Marfil, Senegal,
Ruanda, Burundi, Kenia, Sierra Leona, Somalia, Sudán y Sudán del Sur, los dos
Congos… Son países dominados por el estancamiento económico, la guerra, la
corrupción o la desintegración social. Casi todos los países del mundo con peor
calidad de vida son subsaharianos, destacando como los peores Níger, Sierra
Leona, Somalia, Malí y Burkina Fasso.
La agricultura.
La
agricultura africana está en rápido crecimiento, entre
el 2% y el 5% anual, debido a la baja
posición de partida, la mejora de los mercados interiores gracias a la mejoría
económica de la clase media y la demanda de los mercados asiáticos. Las
perspectivas son muy positivas, porque se calcula que África cuenta con 400
millones de hectáreas de tierra cultivable, el 60% de la existente en todo el
planeta y solo se explotan 40 millones de hectáreas. Se estima que unos 60 millones de hectáreas cultivables del
continente están en manos de extranjeros, pero la mayoría no se ponen en uso
por la falta de mano de obra preparada. Otros
problemas son el minifundismo, ya que el 85% de las explotaciones ocupan
menos de dos hectáreas; y la falta de agua, pues solo un 4% de los campos de
cultivo están irrigados, lo que reduce el rendimiento.
Entre las
medidas urgentes figura la mejora de la
formación de los agricultores y dotarles de medios financieros para el uso
de fertilizantes y mejores técnicas de labranza, y potenciar la inversión en regadíos e
infraestructuras de almacenamiento y distribución.
Los recursos hídricos.
Mapa de reservas de agua en África.
Los estudios más recientes sobre los acuíferos africanos muestran que en la mayor parte del continente, incluso en muchas de las zonas más áridas, hay enormes recursos hídricos aprovechables, hasta 100 veces el agua que hay actualmente en la superficie, lo que podría abastecer sobradamente a los 300 millones de africanos sin suministro de agua potable.
El sector energético.
En África sólo Nigeria, Libia, Argelia y Gabón eran importantes
exportadores de gas y petróleo, pero en el siglo XXI se han incorporado otros
13 países, entre los que destacan Angola, Egipto, Túnez, Guinea Ecuatorial y la
República de Congo, seguidos de más lejos por Ghana, Sudán del Sur y Uganda,
mientras que Tanzania y Mozambique exportan gas natural, y Kenia, Madagascar y
Etiopía exploran con excelentes previsiones.
Los
conflictos en el África Negra.
Jesús A. Núñez Villaverde, en 2014: ninguna gran
guerra, conflictos sin fin [“El País” (29-XII-2013)] resume la
situación internacional y los conflictos que asolan los países del África
Negra:
‹‹Más oscura es la situación en África
Subsahariana, donde ni siquiera Suráfrica está a salvo de una oleada de
inestabilidad que puede arruinar el modélico esfuerzo de un Nelson Mandela
encumbrado, con razón, a los altares de la construcción de la paz.
Desgraciadamente tanto el conflicto de Malí, como los RCA y RDC o los que
asolan a Sudán (Darfur) y Sudán del Sur (ahora sumido en un choque fratricida)
son cualquier cosa menos novedades. En estos y en tantos otros casos (Chad,
Nigeria, Níger…), al margen de su escaso reflejo mediático, se multiplican
causas estructurales tan conocidas como desatendidas durante décadas- fracasos
de convivencia entre distintos, insatisfacción de necesidades elementales,
corrupción generalizada, inquietante debilidad del Estado, ominosa discriminación
étnica y/o religiosa, represión y permanente violación de derechos…-, a las que
solo queda por añadir la gota que colme el vaso de la paciencia de unas
poblaciones que nada bueno esperan de sus gobernantes.
Ninguno de
estos problemas tiene solución militar, dado que sus raíces corresponden a la
esfera social, política y económica. Eso supone que están condenados al fracaso
todos los (limitados y selectivos) esfuerzos militares sobrevenidos- lo que
supone de partida asumir la inoperancia de los sistemas de alerta y acción
tempranas-, si no existe la necesaria voluntad política para activar
preventivamente respuestas multilaterales y multidimensionales que entiendan
que la promoción del desarrollo es la vía más directa para lograr mayores
niveles de seguridad. Ningún contingente militar puede más que paliar, en el
mejor de los casos, los efectos más llamativos del problema; pero nunca podrá
por sí solo enderezar el rumbo de unos procesos que, a falta de soluciones
omnicomprensivas, corren el riesgo de reabrirse de inmediato (baste recordar
que más del 40% de las guerras actuales son mera repetición de conflictos mal
cerrados).
El escaso
interés de la comunidad internacional en el futuro de la región- vista solo
bajo la óptica de un foco de amenaza terrorista, comercios ilícitos y emisión
de emigrantes, y la del depredador de sus inmensas riquezas-, la debilidad de
las organizaciones regionales (comenzando por la Unión Africana) y la
interesada fragilidad de muchos de estos Estados lleva a prever una continuación
de la inestabilidad y de los conflictos violentos que hoy la caracterizan.››
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